La Alberca
Sánchez contra el PSOE
El ominoso pacto de la inmigración no sólo ataca a España, también derroca el ideario socialista
Montero somos todos
¿De qué se ríe el secretario de la OTAN?
Si los puntos del pacto de la inmigración en Cataluña los hubiese escrito Vox, las terminales del sanchismo llevarían 48 horas bramando contra la ultraderecha xenófoba. Pero las 12 medidas del ominoso acuerdo de «delegación de competencias» las ha firmado el PSOE. Y por ... lo tanto eso es progreso, integración, protección de los derechos humanos y blablablá. Junts es sólo de derechas cuando negocia con el PP, pero cuando le da sus votos a Pedro Sánchez es una formación 'chupi piruli' del bloque progresista. Sus siete escaños en el Congreso han resuelto el enigma presidencial: ¿qué es más importante, el poder o los principios? En esta disyuntiva, Sánchez siempre elige el sillón. No es que se pase por el forro la Constitución, es aún peor. Se pasa por el arco del triunfo las resoluciones políticas acordadas en los comités federales de su partido. Es decir, desprecia a las instituciones igual que a sí mismo. Ceder las competencias de inmigración a Cataluña en los términos que propone Junts parece algo bastante inconstitucional, pero antes que eso es una traición a los postulados ideológicos del PSOE, si es que el PSOE sigue existiendo o es sólo una comparsa que Sánchez usa para dar cobertura pseudodemocrática a su cesarismo, incluido Page en su simulación del espíritu crítico.
El acuerdo con Junts convierte en papel higiénico la resolución política del Congreso del PSOE en Sevilla, vigente desde hace apenas tres meses. Este documento asegura que será una obligación del partido avanzar «en el fortalecimiento y ampliación de la red de acogida mediante instrumentos que sitúen en el centro los derechos humanos de las personas migrantes, a la vez que permitan una migración legal, segura y ordenada, facilitando la movilidad y fomentando la plena inclusión, la interculturalidad y el enriquecimiento mutuo». Que suene de fondo Mina Mazzini. Parole, parole. Frente a esta parrafada, el líder de tal partido ha pactado esta otra con los secuaces del forajido Puigdemont: «Cataluña gestionará las devoluciones de extranjeros (cuando tengan prohibición de entrada)». Esto demuestra que Sánchez no tiene principios. No cree en el escudo social, sólo en el escudo personal. Por eso se permite ningunear a la Guardia Civil y a la Policía ampliando las competencias de los Mossos, que fueron los que vieron irse tranquilamente en el coche al fugitivo tras su mitin de agosto en Barcelona. Todo ello con una condición indispensable. Atención: «El Estado español transferirá los recursos humanos, técnicos y económicos necesarios para que Cataluña ejerza la competencia que se le delega». ¡La independencia la paga España! La paga usted. Cataluña tendrá una agencia tributaria propia que se quedará todos los impuestos, pero las pensiones de los catalanes las pagamos nosotros. Y ahora la gestión de la inmigración se firma con un partido que se jacta de no querer ni un mena en su territorio. Lo siguiente será el referéndum, la justicia catalana, lo que sea.
Es dificilísimo ser socialista de verdad en estos tiempos en los que el principal opositor del PSOE es su secretario general.
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