URGENTE |
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FALLAS 2013 | Manifestaciones durante la mascletᅵ
Protesta con sobres ante el Ayuntamiento de Valencia durante la mascletᅵ. | Vicent Bosch
Plaza del Ayuntamiento de Valencia, 14.07 horas. Tras los ᅵltimos estruendos de la 'mascletᅵ' decenas de personas toman posiciones bajo el balcᅵn del Consistorio para protestar contra la corrupciᅵn polᅵtica y los recortes. Exhiben sobres (en alusiᅵn al 'caso Bᅵrcenas') y despliegan pancartas hacia a la tribuna de autoridades. "Vivan las Fallas, fuera los corruptos", reza uno de ellos. "Dimite o k ase?", dice otro.
La cita, convocada a travï¿œs de internet y las redes sociales, reï¿œne a un grupo heterodoxo. Desde indignados a sindicalistas, pasando por profesores interinos y afectados por los ERE en las empresas pï¿œblicas.
Son los rostros de la 'Intifalla', un movimiento que naciᅵ el pasado aᅵo al calor de las revueltas estudiantiles (la bautizada como 'primavera valenciana' prᅵcticamente coincidiᅵ con el inicio de las fallas), pero que ha florecido de nuevo este aᅵo alentada por la creciente desafecciᅵn polᅵtica y los escᅵndalos vinculados a la corrupciᅵn.
A pesar de todo, la corriente es muy minoritaria. En la primera 'mascletᅵ' de 2013 apenas reunieron un centenar de personas, pero su protesta, con sobres al viento, no pasᅵ inadvertida. Han repetido casi todos los dᅵas, conviviendo al final con carteles de apoyo a las falleras.
En realidad se trata de una acciᅵn orquestada que se repetirᅵ hasta el prᅵximo 7 de marzo. Despuᅵs, cambiarᅵ la fᅵrmula para asumir otras reivindicaciones. Entre ellas, la igualdad de hombres y mujeres (coincidiendo con el dᅵa de la mujer trabajadora), el derecho al trabajo o el reparto de la riqueza.
Aunque pacï¿œfica, la iniciativa incomoda al equipo de Gobierno local, que en las ï¿œltimas semanas ha advertido a los convocantes de que las Fallas no son un buen escaparate para reproches y crï¿œticas de carï¿œcter polï¿œtico. "Que se lo piensen bien", insistï¿œa la semana pasada el edil de Seguridad Ciudadana, Miquel Domï¿œnguez, que pretendï¿œa hacer un llamamiento a la calma: "Todos tenemos que contribuir a que sean unas Fallas estupendas y no es bueno generar alarma".
Tanto Domᅵnguez como el concejal de Fiestas, Francisco Lledᅵ, cuestionan las formas de esta campaᅵa ("Tienen todo el aᅵo para manifestarse", alegan), y en particular censuran el logotipo del movimiento 'Intifalla', representado por una fallera con un cᅵctel molotov en la mano.
Hasta ahora, el recelo del Ayuntamiento a una posible concentraciï¿œn masiva se ha traducido en un dispositivo de seguridad mï¿œs amplio que el de costumbre. Y no solo por la mayor presencia de agentes de la Policï¿œa Local. Tambiï¿œn se ha ensanchado el perï¿œmetro de seguridad, lo que limita el espacio accesible bajo el balcï¿œn que es donde las autoridades (y falleras) asisten cada dï¿œa a las 'mascletaes'.
Si el equipo de Rita Barberᅵ desaprueba estas manifestaciones, entre los falleros reina la divisiᅵn de opiniones. Mientras unos abogan por proteger la fiesta de cualquier instrumentalizaciᅵn que pueda deslucirla, otro sector se muestra mᅵs comprensivo con las muestras de descontento.
Esta dualidad se tradujo el sï¿œbado en un juego de rï¿œplicas (siempre respetuoso) entre las pancartas de la 'Intifalla' y las alzadas por las comisiones, con mensajes de apoyo a sus falleras. Si a ello se une un mayor volumen de la mï¿œsica ambiente, las protestas quedaron prï¿œcticamente amortiguadas.
En cualquier caso, en los ï¿œltimos tiempos se han producido situaciones inï¿œditas, incluso entre los propios falleros, como los silbidos que se escucharon durante la intervenciï¿œn de la alcaldesa en la Crida (pregï¿œn que da inicio a las Fallas) y que insinï¿œan un cambio de relaciones con el poder polï¿œtico.
La subida del IVA, que tambiï¿œn afecta a las Fallas, (del 8% ha pasado a ser del 21%) explica en parte esta nueva actitud. Porque el colectivo fallero creï¿œa viable que el Gobierno 'rescatara' a una fiesta que ejerce de motor econï¿œmico para la economï¿œa de Valencia y que aspira, ademï¿œs, a convertirse en Patrimonio de la Humanidad. Y nada mï¿œs lejos de la realidad.
El malestar entre buena parte de los falleros es patente y asᅵ lo han trasladado en reiteradas ocasiones al Ayuntamiento, su interlocutor directo. Sin paᅵos calientes, han advertido que la presencia de polᅵticos nacionales en el balcᅵn no serᅵa bien recibida este aᅵo.
Con este panorama, no es previsible que desfile un gran nï¿œmero de dirigentes por las 'mascletaes', aunque las invitaciones se han cursado a todas las autoridades. Incluso a los miembros de la Casa Real, a pesar de que no es probable su presencia en plena vorï¿œgine del caso Nï¿œos.
Desde el movimiento 'Intifalla', en cualquier caso, existe una voluntad expresa de marcar una linde clara entre crï¿œtica y fiesta para tratar de sacudirse el apelativo de 'antifalleros'.
En 2012, los reproches arreciaron en esta direcciï¿œn por su supuesto vï¿œnculo con algunos incidentes aislados, como la agresiï¿œn a un vehï¿œculo de Junta Central Fallera o el supuesto 'acoso' a las Falleras Mayores.
El disgusto de las falleras culminᅵ con un comunicado oficial en el que censuraban los abucheos y vejaciones que, segᅵn ellas, les proferᅵan a diario los manifestantes.
Fueran o no fundadas estas crï¿œticas, la actitud de la 'Intifalla' ha cambiado este aï¿œo. Los manifestantes tratan de diferenciar los silbidos a los polï¿œticos del resto de la fiesta. Reciben a las falleras con aplausos, al tiempo que las protestas arrancan mayoritariamente tras concluir el disparo. "Hemos demostrado que fiesta y reivindicaciï¿œn es posible", afirman en Twitter.